> Cartografía de una obsesión [madrid].[oct 09] 
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Instalación interactiva desarrollada para la ciudad de Madrid, a semejanza del proyecto desarrollado para la ciudad de Breda.

Una manaña te levantas y tras las cámaras ves a una persona que te llama la atención.
Quizás sea su indumentaria, su color, quizás sea bonita o simplemente la consideres sospechosa, observable, analizable. Poco a poco la ves en otra cámara, y en otra. En ese momento se convierte en obsesión. Necesitas saber qué hace, con quién vá, hacia dónde.
Cuando tu poder te permite seguir mediante miles de cámaras de seguridad a una persona, tu control es ilimitado.
Si además sabes jugar al ajedrez, sus movimientos podrán ser previstos y esa persona podrá ser observada en un juego infinito, atemporal y en cualquier posición de ese mapa invisible, permitiendo seguir sin pausa, sin justificación.
Esta cartografía fictícia presentada en la exposición, está basada sólo en 4 trayectos durante la vida de un individuo cualquiera, en no más de 7 horas, en las que 77 cámaras registraron sus movimientos.
Sus trayectos anónimos son controlados, analizados "por" y "para" nuestra seguridad.
¿Dónde están los límites del control si nos pueden vigilar mediante cámaras de seguridad, si pueden seguirnos por satélite a través de nuestros móviles, DNIs, tarjetas de crédito...?
¿Dónde están nuestros derechos de intimidad, privacidad e invisibilidad ante el sistema? ¿A qué estamos dispuestos con tal de sentirnos protegidos?
Seguridad vs Privacidad por Mario Gutiérrez Cru

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"... el poder debía ser visible e inverificable." Michel Foucault

La vigilancia es el poder de infligir la mirada. Bentham, el padre del gran Panóptico, soñaba con una sociedad idílica en la que la disciplina venía impuesta por un sistema incansable y continuo de observación. Cabría preguntarse si este soñador decimonónico de cárceles perfectas no se había adelantado a su tiempo asentando los principios de la video-vigilancia.
La cámara de vigilancia en el espacio público o privado es símbolo de la presencia del vigilante, el cual, desde una ubicación imprecisa, ejerce la mirada a modo de voyeur en actitud de continua sospecha. Esta presencia desencarnada es donde radica la fuerza del Panóptico. En esta estructura basada en un poder centralizado, el punto de vista del vigilante es el más privilegiado y su mirada es constante y reforzada por su omnipresencia. En el sistema de video-vigilancia la cámara es la extensión de la mirada del que vigila, el que acecha. De este modo, el sistema de vídeo crea un círculo de control en torno a lo que acontece en la que la cámara es el paradigma del ojo vigilante.
La cartografía de los distintos emplazamientos de estos puestos de vigilancia representa todo un repertorio de perspectivas definidas por este ojo suspicaz, ya que el espacio que es vigilado por la cámara, lo es siempre por una supuesta predisposición a generar anomalías, por lo que se convierten en terrenos de conflicto en los que se predice el delito, la infracción. En esta propuesta de Mario Gutiérrez el recorrido urbano y la propia ciudad se reconstruyen a través de estos puntos de vista de la sospecha. De este modo un mapa de localización de distintas cámaras de vigilancia no sólo muestra el emplazamiento estratégico de cada una de ellas, sino que además marca un trayecto en el que el vigilado es el protagonista, objeto de seguimiento y rastreo por la ciudad. El artista realiza entonces una lectura crítica hacia este sistema imperante en pro de la seguridad y siempre temeroso del ángulo ciego de la cámara.
Queralt Lencinas

Agradecimientos Brigitte Hoornaert y Natali Larriera